Crema de lombarda

Ya os había contado que la lombarda es una de esas verduras que aparecía en mis peores pesadillas. Un terror irracional me atenazaba con sólo pronunciar esa palabra. Un odio visceral hacia la pobre berza morada, de la familia del repollo, con ese color tan característico. Típica de la navidad madrileña y de las cocinas del norte de Europa, su color precisamente la convierte en un poderoso almacén de antioxidantes; beneficiosa para el corazón, para mejorar la vista y para reducir la tensión. Incluso he leído por ahí que previene la esterilidad masculina.

Pero nada, que le tenía yo manía, y en mi casa no entraba una lombarda. Hasta que, llevada por la locura, me compré una lombarda y la cociné en mi olla lenta. En realidad, os digo, cociné media lombarda así que quedaba otra media, mirándome lastimera desde el fondo del cajón de las verduras de mi nevera. Cada vez que abría el frigo, podía oírla llamándome, pidiéndome que la cocinase, que venciese ese terror infame hacia las coles moradas. 



Y en mi casa, la mejor manera de dar salida a cualquier verdura, sea del color que sea, es haciendo una crema. Una nueva crema para la ya larga lista de cremas en No sin mi taper. Y esta además de rica, es súper cuqui. Moradita. Los niños no se podían ni creer lo que había en sus platos, ¡¡una crema de verduras morada!! Exitazo.


Crema de lombarda

Ingredientes para 4 personas
  • 400 g de lombarda.
  • 50 g de cebolla.
  • 30 g de puerro.
  • 1/2 manzana.
  • 100 g de patata.
  • 500-750 ml de caldo vegetal.
  • 1/2 cucharadita de jengibre molido.
  • sal.
  • aceite de oliva.
  • unas semillas de sésamo para decorar.


Preparación:
1. Picamos menudita la cebolla y el puerro. Cortamos en juliana la lombarda. Pelamos y lavamos la patata y la cortamos en daditos. 

2. En una cazuela, calentamos un poquito de aceite de oliva y sofreímos el puerro y la cebolla, despacito, sin que lleguen a dorarse. Añadimos la lombarda y sofreímos un par de minutos más.

3. Cubrimos con caldo. Es mejor que quede escaso ahora, después podemos ajustar el espesor de la crema añadiendo un poquito más de líquido a la hora de triturar. Añadimos también la manzana cortada en 3 o 4 trozos {yo le dejo la piel} y la patata en dados. Dejamos cocer unos 25 minutos, hasta que esté todo blandito.

4. Ponemos en el vaso de la batidora con el jengibre molido. Trituramos hasta obtener una crema bien fina. Probamos y ajustamos el punto de sal si fuese necesario. 

5. Servimos bien caliente, con unas semillas de sésamo por encima.


Montse Nosinmitaper

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