El kiwi es una fruta absolutamente maravillosa. A nuestra disposición todo el año, es una de mis frutas favoritas y de mis niños también. Da muchísimo juego en la cocina y además me encanta que la tomen, porque está llenita de vitaminas buenísimas sobre todo en esta época del otoño, que siempre andan con catarros y gripes. Nada mejor que un kiwi repleto de vitamina C para reforzar las defensas de los peques...

Para la receta de hoy he escogido la variedad Zespri Green, que es nuestra favorita, con ese justo contrapunto entre el ácido y el dulce. Podría comerme uno detrás de otro, porque además, como ya sabéis, el kiwi es una fruta ligera, perfecta como tentempié.

Al respecto de esta receta sólo he de indicaros que no sustituyáis el agar agar por gelatina en hojas, de la que solemos utilizar. Debido a la presencia de actinidina, una enzima natural que ayuda al proceso de digestión, la gelatina de origen animal no cuaja si la mezclamos con el kiwi. Pero con el agar agar queda sencillamente perfecta, esta gelatina resulta el postre sano e ideal para proporcionar a nuestros niños una buena dosis de vitamina C.

Gelatina de kiwi

1. En un cazo poner al fuego el agua, el azúcar y el agar agar en polvo. Remover para que se disuelva bien, y dejar que hierva suave durante 1 minuto, sin dejar de remover.

2. Pelar y cortar en trozos nuestros kiwis Zespri Green, y ponerlos en el vaso de la batidora junto con la leche evaporada y unas gotitas de colorante verde, si queremos intensificar el color de nuestra gelatina. Batir bien hasta que se haya mezclado todo bien y tengamos una crema suave.

3. Incorporar a la crema el almíbar que teníamos reservado y mezclar bien con unas varillas.

4. Verter en unos moldes de silicona, tapar con papel film de plástico e introducir en la nevera hasta que las gelatinas estén bien cuajadas.

5. Desmoldar y servir, decorado con unas rodajitas de kiwi Zespri Green.