Pastel de salmón

Ayer me di cuenta de la realidad. De la verdad verdadera. De la situación terrible en la que me encuentro. Dios bendito, he perdido el norte. Es probable que los que hayáis leído más de un post mío, de esos en los que incluyo divagaciones varias, ya os hayáis dado cuenta de este desgraciado hecho. Pero yo, acabo de ser consciente. Sí, señores y señoras, me falta un tornillo.

Debe ser uno pequeñito, porque si agito la cabeza, no se oye ruidito. Esto, también puede ser debido a la ausencia de actividad neuronal, pero confío en que no sea esta la causa, ya que no me suena a hueco... 

Según cuenta mi madre, que no le gustará cocinar, pero es una santa varona, yo de pequeña era un poquito... descarriada... traviesa... desbocada... terremoto... En fin, yo creo que ya entendéis lo que quiere decir mi señora madre, que tampoco hay que dar más detalles. Total, durante alguna de estas hazañas propias de una peli de Indiana Jones, creo haber perdido algún tornillo. Normal, con tanto trajín, se van aflojando las cosas, un día se te caen, y cuando te quieres dar cuenta ¡záscalas! a ver quien encuentra lo que has perdido... Porque los tornillos de la cabeza deben ser pequeños, como los de los relojes, para que no den en la vista, que quedaría feísimo que fuésemos todos por ahí con tuercas y tornillos como si fuésemos Frankenstein. A algunos, cierto es, que no les hace falta atrezzo para parecerse al susodicho, pero esto, ya son cosas de la genética de cada cual. 

A lo que íbamos, que en un descuido perdí un tornillo... Y ahora ¿qué hago? ¿Sigo con mis divagaciones, como si fuese lo más normal del mundo? ¿Intento encarrilar mi vida a través de la meditación trascendental, o de la medicación intravenosa? 

Entonces, entre esa marabunta complicada y liada que debe ser mi mente (no es posible concebir que sea de otro modo) me acordé de aquella escena, la escena final de "Lo que el viento se llevó"... ¿La habéis visto? 

Está Scarlett O'Hara, dignísima ella, en lo alto de aquellas escaleras con ese pasamanos de caoba todo repujado (alguien se acuerda del pasamanos, lo más de toda Atlanta), después de haberse portado como una cría de seis años durante toda la película, diciéndole a su amado Rhett Butler que lo ama, que no puede vivir sin él...

-Rhett si te vas, ¿adónde iré yo? ¿qué podré hacer...? -dice Scarlett.

Y entonces, le contesta él más ancho que largo (claro con esa cara de Clark Gable, quien le va a decir nada):

-Francamente, querida, eso no me importa. 

Y se pega la vuelta, y ahí la deja, con un palmo de narices, ni Vivien Leigh, ni Scarlett O'Hara, ni rabos de gaita, llorando desconsolada sin que le caiga ni una lágrima ni se le corra ni un poquito el rimmel; ya lo pensará mañana, dice ella. 

¿Os habéis perdido ya? No sería extraño, que mira que doy vueltas. Que francamente, queridos, cierto es que a veces se me va la olla, pero, en realidad no me importa.

Para compensaros por aguantarme en mis momentos menos lúcidos y más lúdicos os traigo este pastel de salmón, que es espectacular, facilísimo de preparar, y que a los niños les encanta. Lo encontré de casualidad en el blog de Frabisa (tenéis el enlace al final de la entrada) y con ese toque asiático de la salsa de soja y del jengibre os va a encantar... Ideal para tomar templadito o frío, e incluso para tener preparado con antelación... ¡¡Disfrutadlo!!

Y si encontráis un tornillito pequeñito por ahí tirado... ¡¡Hacédmelo saber!!


Pastel de salmón

Ingredientes (para 4 personas):

  • 5 rodajas de salmón fresco, limpio de espinas y pieles.
  • 2 cucharadas de salsa de soja.
  • 1 calabacín mediano.
  • 1 zanahoria.
  • 1/2 puerro.
  • 4 huevos.
  • 100 g de harina.
  • 5 g de levadura química tipo "Royal".
  • sal.
  • pimienta.
  • 1/2 cucharadita de jengibre molido.
  • 1/2 cucharadita de cilantro picado.
  • unas semillas de calabaza (opcional).




Preparación:

1. Precalentamos el horno a 180ºC, calor arriba y abajo.

2. Después de limpiar bien el pescado de espinas y pieles, lo cortamos en daditos, y lo ponemos a macerar con las 2 cucharadas de salsa de soja, durante una media hora.

3. Picamos el puerro muy menudito, rallamos el calabacín y la zanahoria. Ponemos las tres verduras en un bol grande.

4. Mezclamos (con la batidora de mano) los huevos, la harina, la levadura y las especias. Añadimos a las verduras y mezclamos bien.



5. Cubrimos una bandeja de horno con papel vegetal, para que no se nos pegue el pastel. Encima de este papel vertemos la mitad de la mezcla de verduras formando una capa por toda la bandeja.

6. Encima de esta capa de verduras, colocamos los daditos de salmón. Cubrimos cuidadosamente con el resto de las verduras. Yo le puse por encima unas semillas de calabaza, que le dan un toque crujiente, pero es opcional.

7. Horneamos a 180ºC durante unos 30 minutos, hasta que veamos que la masa está bien cuajada, pero con cuidado de que no se nos seque.

8. Servimos templado, con una ensalada, si así lo deseamos.


Fuente de la receta: La Cocina de Frabisa

Montse Nosinmitaper

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