Soy un culo inquieto. Sí, no lo puedo evitar, creo que es herencia paterna. En cuántos más líos me veo metida, en más líos me quiero meter, sobre todo cuando lo que estoy haciendo me apasiona.
Y al fin al cabo es lo que me pasa con este blog, estoy descubriendo tantas cosas nuevas y diferentes, conociendo {aunque sea virtualmente} a tanta gente estupenda que voy de sorpresa en sorpresa, como una niña con zapatos nuevos.
Hace ya algún tiempo que había visto un reto llamado Bake The World. Me picó la curiosidad, porque soy una panarra desmedida en mi tiempo libre {¿tiempo libre? ¿qué es eso?} pero no me había atrevido a dar el paso de participar.
Pero, claro, eso no podía durar. Un caramelo rondándome tantos meses, ¿cómo podía decirle que no? Así que me puse en contacto con las organizadoras y ¡¡aquí estoy!!
Fantástica coincidencia, en estos días en los que me apunté al reto, andaba yo con la cocina marroquí y árabe a vueltas, mi tajine recién adquirido {recordad el tajine de carne picada de Leila}, cuando me llega la propuesta de Bake The World para este mes... ¡¡nos vamos de viaje a Marruecos!!
Ni corta ni perezosa, allá me fui de cabeza... Y os puedo asegurar que ha sido un viaje fantástico...
El Batbout es un pan típico de Marruecos, muy similar al pan de pita. Es un pan fácil y rápido de hacer, y más que resultón, porque ni siquiera necesitamos encender el horno, ya que se hace en una plancha o sartén.
Y al fin al cabo es lo que me pasa con este blog, estoy descubriendo tantas cosas nuevas y diferentes, conociendo {aunque sea virtualmente} a tanta gente estupenda que voy de sorpresa en sorpresa, como una niña con zapatos nuevos.
Hace ya algún tiempo que había visto un reto llamado Bake The World. Me picó la curiosidad, porque soy una panarra desmedida en mi tiempo libre {¿tiempo libre? ¿qué es eso?} pero no me había atrevido a dar el paso de participar.
Pero, claro, eso no podía durar. Un caramelo rondándome tantos meses, ¿cómo podía decirle que no? Así que me puse en contacto con las organizadoras y ¡¡aquí estoy!!
Fantástica coincidencia, en estos días en los que me apunté al reto, andaba yo con la cocina marroquí y árabe a vueltas, mi tajine recién adquirido {recordad el tajine de carne picada de Leila}, cuando me llega la propuesta de Bake The World para este mes... ¡¡nos vamos de viaje a Marruecos!!
Ni corta ni perezosa, allá me fui de cabeza... Y os puedo asegurar que ha sido un viaje fantástico...
El Batbout es un pan típico de Marruecos, muy similar al pan de pita. Es un pan fácil y rápido de hacer, y más que resultón, porque ni siquiera necesitamos encender el horno, ya que se hace en una plancha o sartén.
El batbout tiene la corteza suave, la miga esponjosa y resulta delicioso, tanto para acompañar la comida, quizás un tradicional tajine, como con diferentes rellenos, como si de un sándwich se tratase, o también en su versión dulce, acompañado de miel y mantequilla.
Se elabora a partir de una masa suave que mezcla harina y sémola de trigo muy fina, en proporciones variables según los gustos de cada cual. Supongo que, como siempre sucede en estas recetas tan tradicionales, hay tantas recetas como familias lo degustan...
Ahora que llega el buen tiempo (no sé si es mis deseos más profundos me traicionan, o si de verdad va a llegar el solete a tierras gallegas), yo me he decidido por hacer una versión rellena, que me parece ideal para una cena ligera o incluso para llevar a un picnic.
La inspiración para mi receta llegó de aquí, y de aquí. Sin grandes modificaciones porque realmente es una receta con ingredientes básicos y de ejecución sencilla aunque, como siempre que hacemos pan en casa, necesita que le demos su tiempo (eso no quiere decir que tengamos que estar todo el rato pendiente de él).
¿Vamos a ello?
Batbout {pan marroquí}
Ingredientes (para 21 panecillos pequeños):
- 250 g de sémola de trigo muy fina.
- 250 g de harina.
- 350 ml de agua templada.
- 1/2 bloque de levadura fresca de panadero (aproximadamente 12 g).
- 1 cucharadita de sal.
Preparación:
1. Si bien yo utilicé la panificadora para el amasado (estoy hecha una vaga), perfectamente podemos hacer este paso a mano, teniendo en cuenta que debemos amasar muy bien, al menos 15 minutos, para asegurarnos de que el agua y la sémola están bien integrados. Si utilizáis la panificadora, simplemente poned todos los ingredientes excepto el agua dentro de la cubeta y poned en marcha el programa de amasado. Añadid la mitad del agua, y el resto, poco a poco. La capacidad de absorción de agua de las diferentes harinas varía bastante, y no queremos añadir demasiada agua...
2. Una vez que está amasada, yo la dejé levar aproximadamente 20 minutos, todavía con el mismo programa de la panificadora. El programa de mi panificadora amasa durante esos 20 minutos aproximadamente, y luego deja reposar la masa, así que, al cabo de los 20 minutos de estar la masa reposando, simplemente apagué la panificadora, y saqué la masa de la cubeta.
3. Le damos un breve amasado, simplemente para quitarle un poco el aire. Vamos estirando la masa con un rodillo hasta que tenga 1 cm de espesor, y le damos forma redonda. También podemos cortar porciones de masa con un vaso, para que nos queden todas iguales.
4. Vamos colocando sobre un paño ligeramente enharinado y cubrimos con otro. Dejamos en un lugar cálido y protegido de corrientes de una a dos horas.
5. Aplanamos ligeramente para sacar el aire, y vamos poniendo los panecillos en una sartén de fondo grueso, a fuego medio, hasta que se vayan cociendo y estén ligeramente dorados.
6. Yo los serví rellenos de una especie de ensalada de atún, y me arreglaron estupendamente la cena: lechuga, tomate, huevo cocido, zanahoria rallada, maíz dulce y bonito, todo picadito. Ni siquiera lo aliñé, aunque mi marido sí le puso un poquito de salsa mil islas. Estupendo. Para rellenarlo, dejad volar la imaginación.
7. Si sobra, al día siguiente, un golpe de tostadora, y deliciosos para desayunar con mantequilla y mermelada.
6. Yo los serví rellenos de una especie de ensalada de atún, y me arreglaron estupendamente la cena: lechuga, tomate, huevo cocido, zanahoria rallada, maíz dulce y bonito, todo picadito. Ni siquiera lo aliñé, aunque mi marido sí le puso un poquito de salsa mil islas. Estupendo. Para rellenarlo, dejad volar la imaginación.
7. Si sobra, al día siguiente, un golpe de tostadora, y deliciosos para desayunar con mantequilla y mermelada.
Me permito, como siempre, pediros que visitéis el blog del reto Bake The World, y echéis un vistazo a las propuestas de los demás participantes, a buen seguro nos sorprenderán con muy interesantes interpretaciones de este pan marroquí.