Tortitas americanas

Este mes, para celebrar que el día 21 de abril es el Día del Libro, las chicas de La Cocina Typical Spanish, han tenido una idea más que brillante. Teníamos que elaborar una receta que apareciese mencionada en un libro... 

Esta iniciativa aúna dos de mis pasiones, la cocina y la literatura, así que estoy más que feliz con ella. Tenía bastantes opciones, porque la gastronomía viaja muy de la mano con la literatura... Ha habido muchos autores sibaritas a los que les gustaba hablar de cocina, de recetas en sus obras... Desde la Biblia, pasando por Cervantes, Quevedo, Agatha Christie... A poco que rebusquemos, nos van saliendo recetas y recetas de entre nuestros libros favoritos...

Sin embargo, este mes quería hacer algo diferente. Quizás, aunque por otros motivos, coincida en mi elección con algún compañero, más bien compañera... Este libro que he escogido ha estado en boca de todos en los últimos tiempos por conocimiento o por desconocimiento, todos hemos tenido algo que decir sobre él, lo hayamos leído o no.

El caso es que siempre he sido una gran defensora de la popularización del arte en general, de la literatura en particular. Ya lo decía el gran Maquiavelo, Cum finis est licitus, etiam media sunt licita (Cuando el fin es lícito, también lo son los medios)... Me explico: a veces las grandes obras de la literatura, sea por estar en los currículos escolares o por su fama de "obras cumbre" tienden a parecernos pesadas (aunque muchas os sorprenderían)... A veces, los bestsellers tienden a tener más de 500 o 600 páginas, y esto echa hacia atrás a las personas que no tienen un gran hábito lector... A veces, necesitamos obras como esta que hoy os traigo, para enganchar a millones de lectores... Reconozco que la calidad literaria de este libro no es destacable. Pero seguramente, por culpa del señor Grey, muchas mujeres han comprado no sólo estos tres libros, sino que han rebuscado entre otras muchas obras posteriormente. Quizás sólo por eso merece la pena ¿o no?

Sí, señores y señoras, la obra escogida hoy para este evento, es "50 sombras de Grey" (espanto en la sala, gritos de pánico)...

Sin querer ponerme demasiado seria, os diré que el título original "50 Shades of Grey" (y ahora sale la traductora que llevo dentro) también significa "50 tonalidades de gris"... Y aquí es adonde yo quería traeros, con una nueva cita, ahora de Ramón de Campoamor:

           En este mundo traidor
           nada es verdad ni mentira
           todo es según el color
           del cristal con que se mira.

Así que aprendamos a no juzgar las cosas, a verlas con otros ojos, porque quizás hasta del libro más zafio aprendamos algo...

En fin, no me pongo melodramática, que no es el caso... Y es que además de guapo, rico, encantador y con unas habilidades físicas más que destacables, nuestro querido señor Grey también era un gourmet... Huevos revueltos, vieiras, bacalao negro con salsa holandesa, solomillo Wellington... Delicia tras delicia, yo me he quedado con una receta fácil, y que llevaba tiempo queriendo subir al blog, ya que es uno de nuestros desayunos preferidos los domingos: las tortitas. Y a pesar de que mi querido señor Grey parecía tener mucha obsesión porque las muchachas comiesen abundantemente, yo me voy a conformar sin los huevos revueltos ni el bacon... 

- ¿Tienes hambre?

- Mucha - me contesta con una mirada intensa. 
Creo que no se refiere a la comida.

- ¿Tortitas, beicon y huevos?

-Suena muy bien.


¿Desayunamos?


Tortitas americanas {my way}

Ingredientes:
1 1/2 tazas de harina.
3 1/2 cucharaditas de levadura química.
1 cucharadita de sal.
1 cucharada de azúcar.
1 1/4 tazas de leche.
1 huevo.
3 cucharadas de mantequilla derretida.
1/2 cucharadita de canela (opcional).


Preparación:

1. Mezclamos primero los ingredientes secos: la harina, la levadura, la canela, la sal y el azúcar.

2. Hacemos un hoyo en el centro, y vertemos dentro la leche, el huevo batido y la mantequilla derretida. Mezclamos hasta que esté todo bien integrado. Es una buena idea no añadir toda la leche al principio, sino en dos o tres veces. No todas las harinas absorben la misma cantidad de líquido, y no queremos que nos quede una masa demasiado líquida: debe tener una consistencia gruesa pero no imposible de verter.

3. Calentar una sartén ligeramente engrasada con mantequilla, e ir vertiendo pequeñas cantidades. Cuando la tortita empieza a formar burbujas, darle la vuelta.

4. Servir con jarabe de arce (eso es lo clásico), mermeladas varias, crema de cacao... Son deliciosas!! 



Como siempre, os animo a bucear entre los libros y las recetas que han escogido todos los participantes del reto #entrelibrosandaelguiso, seguro que más de una os sorprende. Pinchad en la imagen, y dejaos llevar por la magia de la literatura.



Montse Nosinmitaper

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