La vida es complicada, sí. Y el ser humano tiende a complicársela más, digan lo que digan. Es así, señores. Está una tan tranquila un día, posteando sus platicos sabrosos en su perfil de Facebook, haciéndole la boca agua a todo hijo de vecino, más contenta que unas castañuelas, cuando de repente... Zas! Llega lo inesperado. No es la primera vez que me lo sugieren, pero claro, esta vez fue Tito, de Complicaciones Las Justas y Las Salsas de la Vida el que lanzó el desafío: ¡¡Hazte un blog!! y aún encima me lo ha dejado así de bonito desde Html Clj... ¿Podía negarme? No, claro que no...

Ahora esperemos salir victoriosos de esto o, al menos, no morir en el intento...

En fin, al lío. Un pan integral casero fue la causa de todo esto. La verdad es que en casa somos muy fans del pan hecho en casa, y la panificadora está con nosotros desde hace diez años... También es cierto que llevaba un tiempo perezosa, y sólo la utilizaba para amasar cuando hago pizza o empanada.

Ayer le saqué el polvo para hacer esta receta, que no es mía, no, es de Eva de Ma Petite Boulangerie, uno de mis blogs preferidos en cuando a recetas para hacer pan. Pincháis en el enlace y ya veis la receta, yo la hago tal cual, aunque pongo la panificadora en programa básico, y a temperatura suave, no nos gusta que le salga la corteza muy doradita.

Pues nada, chicos, a desayunar, y nos vemos muy prontito.